Psicología Adultos

“El único cambio imposible de realizar, es el que uno mismo no quiere hacer”. (Moisés Castillo D.)

ADULTOS:

  • Trastornos del estado de Ánimo: Ansiedad / Ataques de Pánico / Fobias / Depresión / Baja Autoestima.
  • Adicciones al Juego, nuevas tecnologías, etc.
  • Terapia de pareja.
  • Esquizofrenia.
  • Trastorno Bipolar.
  • Trastorno de la Personalidad.
  • Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)
  • Intervención en los procesos del Duelo.
  • Trastornos del estado de Ánimo: Ansiedad / Ataques de Pánico / Fobias / Depresión / Baja Autoestima.

DEPRESIÓN:

El trastorno por depresión se caracteriza por síntomas como estado de ánimo irritable o deprimido, pérdida de interés en realizar actividades que antes realizaba, pérdida de apetito, alteraciones de sueño, pérdida de energía, cansancio, fatiga, sentimientos de inutilidad o de culpa, dificultad para concentrarse, pensamientos de muerte, ideación suicida…

La depresión se produce por la interacción de diferentes factores (biológicos, genéticos, ambientales), este trastorno se puede trabajar con profesionales y la recomendación es hacerlo en cuanto se empiecen a detectar algunos de los síntomas anteriormente expuestos para evitar la cronicidad del trastorno.

Frente a una depresión es importante trabajar nuestros pensamientos, conductas y emociones con la ayuda de un profesional.

ANSIEDAD

La ansiedad es un mecanismo de adaptación que tenemos todos los seres vivos, su función es alentarnos de los posibles peligros que nos rodea. Por lo tanto diríamos que un estado de ansiedad moderada es algo favorable para nosotros. El problema surge cuando esta ansiedad se desborda, funciona de manera desproporcionada y se convierte en algo desadaptativo para la persona. 

El trastorno de ansiedad es una patología caracterizada por síntomas a nivel emocional y a nivel físiológico. La persona experimenta una preocupación que podríamos considerar excesiva, además aparecen problemas para concentrarse, problemas para dormir, miedo a que le ocurra algo malo, sobre todo en casos en los que ha existido ataque de ansiedad.

Además de estos síntomas existen los síntomas fisiológicos que aparecen cuando la persona empieza a preocuparse por algo: sudoración, sensación de opresión en el pecho, sensación de mareo, boca seca, visión borrosa…

En el trastorno de ansiedad existen varios tipos:

    1. Trastorno de ansiedad generalizada: preocupación y ansiedad excesiva por acontecimientos y situaciones. La persona tiene dificultades para controlar estas preocupaciones. Los síntomas con los que cursa el trastorno de ansiedad generalizada son: inquietud, fatiga precoz, dificultades para concentrarse, irritabilidad, tensión muscular y trastornos del sueño.
    2. Agorafobia: aparición de ansiedad al encontrarse en lugares o situaciones donde escapar puede resultar difícil. Lugares donde pensamos si nos ocurre algo nadie podrá ayudarnos.
    3. Fobia específica: es un miedo intenso y persistente a objetos o situaciones, se reconoce como un temor irracional y excesivo por parte de quien lo padece pero no puede evitar sentir ese miedo. Algunas fobias específicas son: tipo sangre-inyecciones-daño, tipo animal, tipo ambiental, tipo situacional y otros.
    4. Fobia social: miedo persistente y acusado a situaciones sociales o actuaciones en público.
    5. Trastorno por estrés postraumático: se caracteriza por la aparición de síntomas característicos que siguen a la exposición de un acontecimiento estresante y extremadamente traumático. La persona a menudo tiene recuerdos o sueños del acontecimiento traumático vivido que provocan malestar.

 

  • Adicciones al Juego, nuevas tecnologías, etc.

El juego patológico se define como el “fracaso crónico y progresivo en la capacidad de resistir los impulsos a jugar y a la conducta de jugar, fracaso que compromete, altera o lesiona los intereses personales, familiares y vocacionales” (APA, 1980).

En la actualidad se han incrementado los casos de adicción al juego en menores y adolescentes debido a la alta disponibilidad y accesibilidad a los juegos de azar, videojuegos, internet y salas de juegos así como el hecho de ser una práctica socialmente aceptable. 

El primer paso para acudir a un profesional se da cuando la persona detecta alguna de estas señales: alta inversión en tiempo y dinero, deseo compulsivo de jugar,  reducción del tiempo dedicado a descansar y dormir, disminución en la realización de tareas propias de la edad como salir con amigos, acudir a clase o al trabajo, hacer deporte, pérdida de dinero debido a las apuestas, llegar a mentir a la familia para evitar que conozcan la situación que estamos viviendo por miedo a que no lo entiendan, a que no nos permitan acceder al juego o bien cualquier otra consecuencia negativa que no queramos que ocurra porque nos evitaría seguir jugando.

  • En definitiva, debemos pedir ayuda en el momento en el que el hábito de jugar y/o apostar nos condicione la vida diaria.

  • Terapia de pareja.

En ocasiones surgen problemas en la pareja que ambos no saben bien cómo afrontar. Si no se trabaja con la ayuda de un profesional puede desencadenar en una ruptura, además de momentos de estrés, discusiones, ansiedad, sentimientos negativos…

Los problemas en la pareja surgen porque existen déficits, uno de los más importantes es la comunicación, el objetivo en la terapia es aprender a expresarse y comunicarse de forma correcta.

Trabajamos la terapia integral de pareja basados en dos componentes primordiales que es la aceptación de las diferencias y forma de ser de la pareja como un primer componente junto con la funcionalidad de las conductas llevadas a cabo por ambos.

  • Esquizofrenia.

La esquizofrenia es un trastorno mental grave y complejo, es un tipo de psicosis que se caracteriza por la alteración de la percepción, pensamiento, desorganización de la personalidad, de comportamiento y sentido de la realidad. Es un trastorno crónico que cursa por brotes.

El objetivo del psicólogo es facilitar a la persona herramientas que le permitan adaptarse a las necesidades del entorno con ánimo de que la persona lleve una vida lo más adaptativa posible dentro de las posibilidad que le permite el trastorno.

  • Trastorno Bipolar.

El trastorno bipolar es un trastorno mental que cursa con episodios depresivos combinados con episodios maníacos o hipomaníacos. Los episodios maníacos se caracterizan por un estado de ánimo expansivo y de excitación, autoestima exagerada o grandiosidad, verborrea, conductas de riesgo, poca conciencia de enfermedad y deterioro en las actividades cotidianas.

El episodio hipomaníaco se caracteriza por estado de ánimo elevado aunque no supone deterioro en la vida cotidiana, no cursa con síntomas psicóticos.

El objetivo que se propone en consulta con el paciente es trabajar la conciencia de enfermedad, detección de síntomas y facilitar herramientas para hacer frente a los síntomas propios del trastorno.

  • Trastorno de la Personalidad.

Un trastorno de la personalidad es un patrón permanente de inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aparta de las expectativas de la cultura del sujeto. Los trastornos de la personalidad se clasifican en:

  • Trastorno paranoide: Son personas que desconfían mucho de las intenciones de los demás. Se caracterizan por ser hipervigilantes, desconfiados, buscan razones ocultas en los demás.
  • Trastorno esquizoide: son personas que se caracterizan por existir en ellas una desconexión de las relaciones sociales, tienen restringida la expresión emocional.
  • Trastorno esquizotípico: es un patrón de malestar intenso en las relaciones sociales, las personas que tienen este diagnóstico encuentran dificultad a la hora de relacionarse con las personas, tienen distorsiones cognoscitivas o perceptivas y excentricidades del comportamiento.
  • Trastorno antisocial: existe un patrón de desprecio y violación de los derechos de los demás.
  • Trastorno límite de la personalidad: las personas con este trastorno se caracterizan por una inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y los afectos y una notable impulsividad. Son personas con inestabilidad en todas las áreas de su vida, abundan los sentimientos de vacío, temores a ser abandonados.
  • Trastorno histriónico: se caracteriza por ser personas con una emotividad excesiva y una alta demanda de atención por parte de las personas que les rodea. Quieren sentirse importante para los demás.
  • Trastorno narcisista: patrón de grandiosidad, siente la constante necesidad de ser admirado por los demás, falta de empatía.
  • Trastorno de la personalidad por evitación: se caracteriza por ser personas con una alta inhibición social, sentimientos de incompetencia e hipersensibilidad a la evaluación negativa.
  • Trastorno de la personalidad por dependencia: patrón de comportamiento sumiso y pegajoso relacionado con una excesiva necesidad de ser cuidado.
  • Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)

Se caracteriza por la presencia de obsesiones o compulsiones que son recurrentes, éstas causan un deterioro significativo en los diferentes ámbitos de la vida de la persona. Cuando hablamos de obsesiones nos referimos a ideas, pensamientos, impulsos o imágenes que tiene la persona y que generan una ansiedad y malestar. Por el contrario, las compulsiones son comportamientos o actos mentales de carácter recurrente que tienen como objetivo aliviar la ansiedad o malestar. La persona es consciente de que estas obsesiones o compulsiones son desproporcionadas pero no puede dejar de hacerlas o tenerlas. Algunas obsesiones más comunes se refieren a la contaminación, ideas de comprobación, colocar las cosas con un orden determinado, acumulación de objetos en su mayoría inservibles.

  • Intervención en los procesos del Duelo.

“El duelo es saber que todo volverá a ir bien, pero nada volverá a ser igual”.

El duelo es un proceso normal que sigue a una pérdida, puede ser una pérdida de un objeto, una pérdida de relación sentimental, un trabajo o bien una pérdida de un ser querido por fallecimiento. Siempre y cuando hayamos perdido algo o alguien que nos importa, tiene lugar un proceso de duelo.

En ocasiones esta pérdida se manifiesta como una emoción de pena, rabia, cansancio, sensación de falta de aire, pérdida de energía, confusión, dificultad para concentrarse, alteraciones de sueño… estas sensaciones y emociones forman parte de un proceso normal de duelo.

Tras una pérdida importante para nosotros, nos replanteamos nuestra vida a partir de ese momento sin la persona que hemos perdido, pero nos podemos encontrar con que no sabemos hacer frente a esas sensaciones y emociones que nos están ocurriendo, podemos acudir entonces a un profesional que nos ayude a entender qué es lo que estamos viviendo para evitar así que nuestro dolor se convierta en un duelo complicado.

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